El laboratorio argentino Richmond informó ante la Comisión Nacionales de Valores (CNV) que fabricó y envió recientemente más de 21.000 dosis de Sputnik V a Moscú para obtener la aprobación rusa y así comenzar la producción masiva en una de sus plantas ubicadas en el partido de Malvinas Argentinas, de la provincia de Buenos Aires.
“Estos lotes están siendo enviados al Gamaleya Center (el instituto que desarrolló la vacuna rusa) para su evaluación, mientas que otros ensayos son realizados en paralelo en nuestros laboratorios”, dice el comunicado.
Argentina es uno de los pocos países en donde se producen vacunas contra el coronavirus. En el caso de Richmond, este laboratorio firmó un acuerdo preliminar y de cooperación científica con el Fondo soberano Ruso de inversión y con la participación de Hetero Labs Limited, una compañía establecida en la República de la India y con la cual posee una alianza estratégica hace más de 25 años.
El lote de dosis que desarrolló será testeado y sometido a pruebas de calidad en el Instituto Gamaleya como paso previo a su fabricación en escala.
El presidente de Richmond, Marcelo Figueiras, se encuentra en Rusia junto a su equipo de trabajo para supervisar las pruebas y cerrar los detalles del método de trabajo que podría ponerse en marcha en pocos días.
Por esto, Figueiras posteó ayer una foto en sus cuentas de Instagram y Twitter: “Hay equipo, pasión, mucho trabajo, emoción y ganas en el Gamaleya Nacional Institute of Epidemiology and Microbiology”, escribió.
“Nuestro país es el primero de Latinoamérica en comenzar el proceso de transferencia tecnológica de la vacuna Sputnik V, todo lo cual fue posible gracias a la colaboración de RDIF y de sus socios estratégicos”, dice el comunicado del laboratorio.
En caso de aprobarse, “la vacuna producida en la Argentina podrá ser exportada a otros países de América Central y América Latina”, comunicó Richmond.